Adapta
Aplicar las medidas de adaptación definidas
La aplicación de las medidas de adaptación identificadas requiere un esfuerzo coordinado en toda la organización. Esto implica asignar los recursos necesarios, tanto financieros como humanos, para aplicar las acciones prioritarias. Deben establecerse estructuras de gobernanza y flujos de trabajo claros para supervisar la ejecución de estas acciones, garantizando que todos los equipos pertinentes estén alineados y trabajen en pos de un objetivo común. Las actualizaciones periódicas de los progresos y las evaluaciones de los resultados son esenciales para mantener el rumbo de los esfuerzos de adaptación y realizar los ajustes necesarios.
Invertir en resistencia e infraestructuras
Por último, realizar inversiones adecuadas en resiliencia e infraestructuras es clave para apoyar el éxito a largo plazo de la estrategia de adaptación. Estas inversiones deben basarse en el análisis de riesgos y las acciones prioritarias, centrándose en mejorar la capacidad de la organización para resistir y recuperarse de los impactos climáticos. Esto puede incluir la mejora de la infraestructura física, como la construcción de defensas contra inundaciones o la modernización de las instalaciones para que resistan fenómenos meteorológicos extremos, así como la inversión en nuevas tecnologías, la aplicación de soluciones basadas en la naturaleza (véase el mapa de soluciones basadas en la naturaleza) que muy probablemente tendrán beneficios colaterales con la comunidad local, la preparación de la mano de obra para situaciones de desastre o la puesta en marcha de políticas corporativas que mejoren la resiliencia general. Al comprometerse con estas inversiones, las empresas pueden garantizar que no sólo protegen sus activos y operaciones, sino que también se posicionan para el crecimiento y la sostenibilidad del futuro.
Establecer marcos de gobernanza para supervisar los esfuerzos de adaptación
Para gestionar eficazmente la adaptación al cambio climático, las empresas deben establecer marcos de gobernanza sólidos. Estos marcos deben incluir funciones y responsabilidades claras en el camino hacia una empresa resiliente al cambio climático. Asignar y supervisar los roles y responsabilidades en los distintos niveles de dirección de la empresa es fundamental para avanzar de forma coordinada en la adaptación. Como se ilustra en la figura siguiente, los roles y responsabilidades también podrían traducirse en diferentes cantidades de esfuerzo a lo largo del proceso de adaptación en los distintos niveles de dirección. Por ejemplo, se espera que las contribuciones del Consejero Delegado y del Director de Riesgos sean mayores en la fase inicial, mientras que el papel del Director Financiero aumenta durante la fase de maduración de la comprensión y con contribuciones más bien equilibradas en la fase de construcción de una lente estratégica.
Mediante la creación de equipos o comités especializados, las organizaciones pueden garantizar que los esfuerzos de adaptación estén coordinados y alineados con las estrategias empresariales generales. Este enfoque estructurado ayuda a mantener la atención y la responsabilidad durante todo el proceso de adaptación.
Asociaciones y colaboraciones a lo largo del proceso de adaptación al clima
Es crucial tener en cuenta que las empresas no operan en el vacío y que no pueden centrarse únicamente en sí mismas en su camino hacia la adaptación. Las empresas deben dar prioridad a las asociaciones externas y a la colaboración a lo largo de todo el proceso de adaptación al cambio climático, comprometiéndose tanto a nivel global como local para desarrollar una resiliencia colectiva. La comunicación proactiva con los stakeholders y la colaboración con los socios del ecosistema son esenciales. Comprometerse con diversos grupos de interés, como gobiernos, proveedores y comunidades, ayuda a abordar los riesgos físicos y a fomentar iniciativas conjuntas de resiliencia. Compañías como Cargill, Nestlé o Unilever han demostrado la existencia de asociaciones locales a medida para garantizar la resiliencia en la cadena de suministro en su trabajo con agricultores y proveedores.